La glándula tiroides es un órgano con forma de mariposa ubicado en la parte delantera del cuello. Es responsable de la producción de una hormona, cuya principal función es controlar el metabolismo, ayudando al cuerpo a mantener el equilibrio y función de múltiples procesos, como el control de la temperatura, la frecuencia cardíaca, la fuerza muscular, etc.

El cáncer de tiroides se ha vuelto más frecuente en los últimos años, en gran parte porque se lo detecta más. Puede presentarse tanto en hombres o mujeres de cualquier edad, sin embargo, es más común en mujeres de 30 a 50 años.

Es una enfermedad con excelente pronóstico, y su tratamiento dependerá del grado de extensión que tenga en el momento de su descubrimiento. Por dicha razón es importante la detección en etapas tempranas, y es ahí donde la ecografía es muy valiosa.

La facilidad de acceso a la glándula tiroides por su ubicación superficial, sumado a la alta calidad de imagen de los equipos ecográficos de última generación, hacen a la ecografía el mejor método de diagnóstico por imagen para este órgano.

Entrevistamos al Dr. Roberto Lambertini, médico especialista en Diagnóstico por Imágenes y Director de Unidades Descentralizadas en TCba

• ¿Cuándo es recomendable realizar una ecografía de tiroides?

La mayoría de nosotros nos hemos efectuado una ecografía en algún momento de nuestras vidas, ya sea por un dolor abdominal, un embarazo, un trauma muscular, etc., y sabemos que se trata de un estudio rápido, que no necesita de la inyección de sustancias de contraste y que no produce dolor ni irradiación, o sea no tiene ningún tipo de riesgo.

La ecografía de tiroides no es diferente, tiene una duración de 10 a 15 minutos y la realizamos cuando el médico especialista endocrinólogo, clínico, ginecólogo, etc., tienen la sospecha de la existencia de alguna alteración de la glándula, por lo general de la presencia de un nódulo.

Muchas veces esta sospecha resulta del hallazgo por imágenes durante un estudio no relacionado con la tiroides, como por ejemplo el estudio de los vasos sanguíneos del cuello, una tomografía del tórax, etc., o bien por la palpación de alguna irregularidad durante el examen clínico del cuello.

En estas situaciones, el médico especialista indica la ecografía de tiroides, cuyo objetivo inicial es el de confirmar o descartar su sospecha clínica.

• ¿Qué tipo de información se busca en una ecografía de tiroides?

La ecografía visualiza la glándula tiroides en toda su extensión y por lo tanto puede darnos información acerca de alteraciones del tamaño y estructura del órgano, que son hallazgos vinculados muchas veces con cuadros de hiper o hipotiroidismo (aumento o disminución de la producción de hormonas tiroideas). Pero la información más relevante que nos aporta la ecografía de tiroides es acerca de la existencia nódulos.

Los nódulos son crecimientos o masas focales sólidas o líquidas (quistes) que se forman en el interior de la glándula tiroides y que pueden ser de naturaleza benigna o maligna (cáncer).

Afortunadamente, la inmensa mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, y sólo es necesario controlarlos anual o bianualmente con ecografía, con excepción de aquellos casos en que estos nódulos aumentan su volumen progresivamente y comienzan a producir molestias locales como ser dolor, dificultad al tragar, o simplemente alteraciones estéticas (deformidad del cuello). En estos casos, a pesar de que se trata de nódulos benignos, puede ser necesario plantear una cirugía para mejorar los síntomas o la estética.

Por fortuna también, los nódulos malignos son mucho menos frecuentes y como mencionamos antes, tienen excelente evolución. La mayoría se resuelven mediante una cirugía.

La ecografía puede, mediante el estudio minucioso de las características del nódulo, determinar el riesgo que tiene de ser maligno y de esta forma determinar si debe o no ser sometido a una punción. Pero es la punción del nódulo con aguja fina, la que definitivamente nos permite diferenciar con certeza cual es benigno y cual es maligno.

Esta punción es un procedimiento muy sencillo, que se efectúa con una aguja muy fina (más fina que la de un análisis de sangre), y cuyo recorrido es guiado simultáneamente con la ecografía, de modo de asegurar que la punción sea del nódulo y no de otras estructuras. Es un procedimiento muy seguro y tolerable.

Podríamos entonces concluir que la ecografía es el primer paso en el camino que nos conduce al diagnóstico del cáncer de tiroides, detectando el nódulo y determinando su riesgo, para que luego la punción con aguja fina, guiada con ecografía, arribe al diagnóstico definitivo.

• ¿Es posible detectar el cáncer de tiroides en etapa temprana?

En efecto, el cáncer de tiroides puede ser detectado y punzado aún teniendo pocos milímetros y la importancia de detectarlo cuando aún está confinado a la glándula tiroides, es que disminuye la complejidad del tratamiento y seguimiento.

Una de las características de la mayoría de las formas del cáncer de tiroides es que su extensión se limita al cuello, pero muy raramente a otras partes del cuerpo.

Si el nódulo maligno progresa, puede hacerlo extendiéndose localmente a los tejidos vecinos o colonizando los ganglios linfáticos del cuello, en cuyo caso la cirugía no solo se ocupará de extraer la glándula tiroides, sino además de extirpar los grupos de ganglios afectados. Se trata de procedimientos que, en manos expertas, son muy seguros y con muy buena evolución.

La ecografía tiene la capacidad de definir cuando el nódulo esta extendiéndose mas allá de la tiroides y además puede detectar cuando los ganglios del cuello están comprometidos por la enfermedad. Esta información será crucial a la hora de determinar la magnitud del tratamiento para cada paciente en particular.

Afortunadamente el cáncer de tiroides es por lo general de muy lento crecimiento, por lo que la mayoría de las veces será descubierto cuando aún no se ha extendido. De hecho, algunas formas de nódulos malignos pequeños llamados “microcarcinomas” (cánceres de menos de 1 centímetro de diámetro) pueden permanecer estáticos en el tiempo, sin crecer ni evolucionar localmente ni a los ganglios.

• ¿Por qué TCba es considerado un referente en esta patología?

Podríamos definirlo con tres palabras, experiencia, actualización y tecnología.

TCBA se ha dedicado al estudio por imágenes de la tiroides desde hace más de dos décadas. Tenemos un equipo de profesionales expertos con dedicación casi exclusiva al estudio del cuello y la tiroides, el cual se ha ganado el reconocimiento de los principales médicos especialistas.

Mantenemos una constante actualización científica, mediante la comunicación interna en reuniones y ateneos donde se discuten las principales publicaciones médicas, guías y consensos de las sociedades locales e internacionales, con el objetivo de estar siempre a la vanguardia del diagnóstico de la enfermedad tiroidea. Esto nos define.

Nuestros profesionales además participan activamente en reuniones científicas nacionales e internacionales, tanto en ateneos, publicación de consensos o brindando conferencias en cursos y congresos nacionales e internacionales.

La posibilidad de poder ofrecerle el mejor diagnóstico a un paciente no depende solamente de la capacidad de nuestros profesionales sino también de contar con el mejor equipamiento disponible, y en la tiroides esto no es una excepción. El estudio de la tiroides requiere de equipos de gran definición para poder detectar en forma precisa y temprana todos los signos que nos conduzcan a un diagnóstico certero. Contar con el mejor equipamiento siempre fue un estandarte para Tcba.

Médico egresado de la Universidad de Buenos Aires, Especialista en Diagnóstico por Imágenes de la Universidad de Buenos Aires. Jefe del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del Sanatorio Sagrado Corazón, Jefe de Intervencionismo de TCBA. Especializado en la realización de prácticas de eco Doppler de cuello con foco endocrinológico (Tiroides, Paratiroides y Ganglios)